Que me gusta el chocolate creo que ha quedado claro en los años que llevo compartiendo el blog con todos vosotros y, aunque procuro no abusar de recetas con chocolate porque Miguel no es muy fan de esta delicia, no puedo resistirme, de vez en cuando, a preparar alguna como la que os traigo hoy. Aroma impresionante, textura jugosa y sabor muy intenso.
Los que me seguís por Facebook, Twitter e Instagram sabéis que hace poco ha sido mi cumpleaños y mi hija me regaló un molde estupendo que era imprescindible estrenar así que…excusa perfecta. Los que no tengáis molde hacedlos en capsulas de madalena, sin problema. Para forrarlos utilicé papel de horno que recorté en cuadrados para darles un aspecto más auténtico.
Para preparar los muffins, a diferencia de las madalenas, no necesitamos batir la masa ni guardar tiempos de espera. Con mezclar manualmente es suficiente y…al horno, sin más, sencillos y rápidos. Vamos a por la receta.

Jueves….receta dulce, claro que sí. No hay que perder las buenas costumbres.

Antes de la receta comentaros (aunque los que me seguís en Twitter y Facebook ya lo sabréis), que hoy ya he dejado entregada la inscripción para el nuevo curso de Cocina y Gastronomía y continuar los estudios que comencé el año pasado. En esta ocasión he solicitado seis asignaturas (el curso pasado sólo me dieron dos), pero como este año ya soy alumna del centro, espero conseguirlas todas. Voy a estar a tope, con clases por las mañanas y por las tardes y con proyectos “profesionales” pendientes de tomar forma. Cuándo lo pienso creo que me van a faltar horas, espero poder con todo, que los años no perdonan y las obligaciones son muchas. Os iré contando, de momento hasta Octubre, no empezarán las clases.

Vamos con la receta, que es lo que interesa. Os publiqué hace tiempo unas Galletas con vodka al caramelo y hoy os traigo unas madalenas que también llevan este ingrediente. Aunque las galletas conservan más el sabor del licor, estas madalenas resultan muy ricas, jugosas, crujientes con su costra de azúcar y dejan un regusto en el paladar gracias al vodka muy agradable.

Volvemos a nuestros quehaceres, a comer rico, diferente, sabroso y sobretodo barato. Como ya habréis imaginado hoy toca Cocina de Crisis y he querido traeros una receta muy original y divertida, perfecta para una cena con amigos en el jardín o en la terraza, una cena de esas en las que cada amigo pone algo y tú les obsequias con estos muffins y les dejas con la boca abierta porque les van a encantar. Se preparan en un momento y mientras disfrutamos de una cervecita están horneados para comer una vez que estén templados.

Como hablamos de Cocina de Crisis debo contaros que estos muffins salen a tan sólo 0,33 €/unidad, creo que más barato imposible. Como de costumbre, os dejo el podcast de la colaboración con ondacro.com para que podáis escucharlo.

Todos tenemos claro que estos pequeños pasteles, madalenas decoradas o cupcakes están de moda. A lo niños se les alegran los ojillos cuando los ven y son tan coloridos y variados que llaman la atención de todo el mundo. Como todo lo que se pone de moda, tiene sus seguidores y sus detractores. Yo, como de costumbre, no voy a entrar en la polémica, cada cual es libre de elegir lo que le gusta o lo que no y obrar en consecuencia

También tenemos claro que es un dulce con bastantes calorías así que no abusaremos de ellos, seremos prudentes en su consumo e intentaremos, el día que los hagamos ser lo más creativos posibles para disfrutarlos al máximo.

Estos son los primeros cupcakes que preparo así que, como debe ser, he empezado por los más básicos, sin aromas, sin licores y sin frosting complicado, simplemente coloreado y adornado con unos topping.

Receta dulce como cada jueves. Hoy os traigo un bizcocho que mezcla diferentes texturas y sabores en cada bocado. Por un lado tendremos la esponjosidad del bizcocho con la dulzura de las manzanas que aportan un toque jugoso y el crujiente de las avellanas con su matiz tostado.

Una joya que repetiré en breve porque nos ha gustado mucho y porque, además, es muy fácil de preparar.

La tortilla de patata, por sí sola, ya es un verdadero manjar. Para mí es perfecta tal cual, con su patata hecha despacio junto con la cebolla, en aceite de oliva, sin romper las finas rodajas, hecha con mimo, cuajada lo justo para que no quede seca ni cruda, jugosa, delicada y deliciosa, con ese corte en el que se aprecian las patatas formando capas…empiezo a salivar solo de pensarlo.
Bien, pues aun así se le pueden añadir sabores y texturas que la hacen diferente y sigue siendo exquisita. Eso es lo que os voy a dejar hoy, una forma de hacer una tortilla de patata diferente, a los niños les volverá locos, ya lo veréis, la verdad es que la textura cremosa del queso fundido aporta a la tortilla un punto más de sabor. Combinan perfectamente.

No os voy a poner cantidades puesto que la tortilla cada uno la hacemos a nuestra manera, con más cebolla, con menos, más jugosa, más seca… a vuestro gusto.