Hacía mucho tiempo que tenía esta receta en pendientes y por una razón u otra nunca encontraba el día para publicarla y, es una pena porque, para mí, estas son las madalenas “perfectas”. Un gran sabor, jugosas, esponjosas pero con consistencia, con un gran copete y esa costra de azúcar que cruje al morder. Una delicia, de verdad.
Sin embargo, hace unos días Nancy, bloguer y twittera como yo, me hizo participe de una iniciativa que consiste en que un montón de bloggers publiquemos hoy una receta de madalenas puesto que es el cumpleaños de otra blogguer, Silvia y, sin dudarlo ni un instante, supe que era el momento “perfecto”
No es complicado prepararlas, la masa se hace en un momento y lo único que hay que hacer para conseguir ese fantástico copete son dos cosas: 30 minutos de reposo en la nevera una vez puestas en los moldes y poner las cápsulas de papel dentro de otras más resistentes, yo, a veces, uso flaneras de aluminio y otras moldes de silicona, cualquiera de los dos tipos es igualmente válido.
Ingredientes:
- 220 gr. de harina.
- 1 sobre de levadura tipo Royal.
- 150 ml. de aceite de girasol.
- 50 ml. de aceite de oliva.
- 200 gr. de azúcar (*).
- Ralladura de una naranja.
- 50 ml. de zumo de naranja.
- 4 huevos.
Estas madalenas son las más sabrosas que he comido nunca. Debo admitir que en los dulces de este tipo el sabor a naranja o limón me encanta y en casa gusta muchísimo así que esta receta en particular nos dejó un muy buen sabor de boca y encima… facilísimas.
Ingredientes:
- 1 naranja.
- 4 huevos.
- 200 gr de azúcar.
- 150 ml. aceite de girasol.
- 50 ml. de aceite de oliva.
- 220 gr de harina.
- 1 sobre de levadura.