¿Nunca os ha pasado que calculáis que un día va a ser tranquilo y de repente os vienen a la cabeza un montón de cosas pendientes? Pues eso me pasó a mi ayer. Pensaba que iba a tener un lunes de “no hacer nada” y, a última hora, me di cuenta que tenía que hacer mil y una cosas. Pero bueno, nada que no se arregle con un poco de organización. La receta que os traigo hoy no os quitará mucho tiempo, es muy sana, deliciosa y sencillísima. Lo bueno de hacer las cosas al horno, además de utilizar menos grasas, es que mientras se hacen podemos dedicarnos a otras cosas, de esas que surgen inesperadamente.
Ingredientes (para 2 comensales):
- 2 caballas hermosas.
- 4 patatas medianas.
- 1 cebolla.
- Mantequilla.
- Aceite de oliva, sal, perejil.
El pescado es un tema peliagudo en muchas casas, más que el pescado las espinas, por alguna razón cada vez está más generalizado lo de no comer pescado solo por el tema de no encontrarse las espinas. Creo que es un problema educacional (como muchos otros en el ámbito alimenticio). Yo recuerdo que desde muy pequeña mi madre me acostumbró a comer pescado de todo tipo, no había filetes sin espinas como ahora, así que había que aprender a encontrar las espinas y quitarlas, ya fuera un pescado blanco como la merluza, en el que es fácil localizarlas a simple vista, como pescados más complicados como la trucha, la faneca o la breca en los que las espinas parecían estar por todas partes.
En mi opinión, y hablando en general, nos hemos vuelto demasiado cómodos a la hora de educar a los hijos en la comida, no es mi caso pero conozco muchos.
En fin, la cuestión es que hay que comer pescado de todo tipo y, la caballa es uno de esos con un sabor increíble, que nada tiene que ver con el que estamos acostumbrados de las conservas.
Ingredientes (para 2 comensales):
- 2 caballas.
- 4 patatas medianas.
- 1 cebolla pequeña.
- Aceite de oliva, hierbas provenzales y sal.