A pesar de que tenemos aquí el otoño y las temperaturas han bajado bastante, aún apetecen helados, al menos en mi casa. El que traigo hoy es perfecto si queremos prepararlo como postre esta Navidad y sorprender a los nuestros con otra forma de tomar turrón pero, al menos a mí, cuando más me gusta es fuera de temporada, es decir, tomar turrón en verano.

Las tabletas de turrón suelen tener una fecha de caducidad suficientemente amplia para guardar una y darnos el gustazo cuando hace calor pero, si no hemos sido previsores, dentro de poco las tendremos en los supermercados y podremos ponernos manos a la obra.

Vaya temperaturas tenemos. Me muero de calor, menos mal que estoy entrando poquísimo a la cocina, lo justo para preparar algunas cosas ricas que os iré dejando pero el pobre horno apenas está funcionando este verano. Lo que si estoy haciendo con frecuencia son helados. Les he cogido el gusto porque resulta tan fácil prepararlos y tenerlos listos para disfrutarlos en cualquier momento que, a pesar de que el calor me quita la vida, no da pereza ponerse a hacerlos.

Hoy me he decidido a traeros otra receta para que podáis prepararlo este fin de semana. La verdad es que es un helado que gusta a todos pero a los peques de la casa les va a encantar. Conserva todo el sabor de los Petit Suisse de toda la vida pero en helado y eso, con niños, siempre es garantía de éxito. Ya sé que ahora se llaman Danonino pero, para mí, serán Petit Suisse siempre.

Este verano he dejado un poco de lado el horno y estoy haciendo helados a troche y moche. Una vez que les coges el punto resulta sencillísimo prepararlos en casa y, el hecho de no tener heladera y tener que removerlo cada cierto tiempo, no resulta una molestia y menos si pensamos en el resultado final.

Vamos a disfrutar de lo lindo con helados naturales, hechos en casa, más sanos y al gusto de los nuestros, la variedad es infinita.

El de limón es de los más refrescantes, no es complicado y el color verde se lo he dado con colorante alimentario verde en gel, evidentemente es opcional, yo lo he usado para darle un poco más de color a las fotos.

Los helados me encantan y desde que le estoy cogiendo el gusto a prepararlos en casa aún más, sin conservantes, sin nada artificial, al gusto de casa, con el sabor tan intenso como queramos…es una gozada. La única pega, y no es para tanto, es que, como no tengo heladera, los preparo de forma manual, lo que significa que durante el proceso de congelado debo moverlo cada media hora más o menos para evitar los cristales de hielo y que quede cremoso. No obstante, tampoco es algo que cueste demasiado trabajo y merece la pena el resultado.

En esta ocasión os traigo un helado de dulce de leche aprovechando que hace unos días recibí un envío de algunas de las variedades que tiene disponibles Mardel. Recibí una muestra del tradicional, otra del pastelero, otra del light, que aporta menos grasa y más fibra y una botella de topping que emplearé en algún postre.

Este helado queda muy cremoso, con un sabor exquisito sin ser empalagoso y podéis acompañarlo de alguna galleta o topping de vuestro gusto. Para mi gusto no le hace falta nada de nada.