El triffle es un postre típico británico y básicamente es un postre hecho de capas de bizcocho, fruta, crema y nata. En pocas palabras es eso y, la verdad, es que desde que tuve conocimiento de este postre me propuse prepararlo. Se puede hacer, en principio con cualquier fruta que nos apetezca, melocotón, frutos rojos, manzana, frutas combinadas…
Yo lo he preparado con mango, una fruta que en casa nos gusta muchísimo tomar aderezada con sal y limón (si, sal y limón) pero lo he querido incluir en este postre, por darle un toque diferente.
Lleva varias elaboraciones y tenemos que esperar a que se enfríen, así que yo lo preparo por la mañana y lo conservo en la nevera hasta el momento de comerlo.
Ingredientes:
- 400 ml. de nata para montar.
- 2 mangos maduros.
Para el bizcocho genovés:
- 4 huevos.
- 50 gr. de harina.
- 50 gr. de Maizena.
- 1 cucharadita de azúcar vainillado.
- 80 gr. de azúcar.
- 25 gr. de azúcar glass.
Para la crema pastelera:
- 500 ml. de leche.
- 100 gr. de azúcar.
- 50 gr. de Maizena.
- 3 yemas de huevo.
- 1 cucharadita de azúcar vainillado.
- 1 rama de canela.
- Corteza de limón.
Tanto mi nena como Miguel son unos apasionados de que los postres tengan un componente crujiente así que podéis imaginar como disfrutaron con esta receta que os dejo hoy.
Crumble es una palabra de origen anglosajón que significa desmigado, desmoronado y se aplica a este postre porque la parte crujiente es exactamente eso, una pasta que se incorpora al postre sin forma alguna, desmigada.
Yo, además, para que resultase más crujiente le añadí almendra en cubitos, algo que es totalmente opcional puesto que la receta más conocida de “crumble” se prepara sólo con harina, mantequilla y azúcar. Lo he preparado de manzana pero puede ser de otra fruta que nos guste más o que tengamos a mano o, sencillamente, para variar: melocotón, ciruela, fresas incluso.
Ingredientes (para 6 crumble individuales):
Para el relleno:
- 6 manzanas.
- 90 gr. de azúcar moreno.
- 1 sobre de azúcar vainillado.
- 60 gr. de mantequilla.
Para el crumble:
- 100 gr. de azúcar moreno.
- 100 gr. de harina.
- 100 gr. de mantequilla.
- 100 gr. de almendra en cubitos (opcional).
Hoy os traigo una receta de esas que nos gusta preparar por varias razones. Una de ellas es lo sencilla que es. No necesita horno puesto que utilizamos bizcochos de Soletilla y otra es porque es de las que gusta a todo el mundo. Es una tarta jugosa, con contraste de sabores y texturas, a los niños les encantará, seguro.
La receta me la envió Silvia, una seguidora de Facebook, la semana pasada y no pude resistirme a prepararla. Como el fin de semana vino mi hijo a comer encontré la oportunidad perfecta y me puse manos a la obra. Os voy a dejar la receta tal como me la envió Silvia y también un pequeño cambio que le hice a la cobertura de chocolate. Llevaba tiempo intentando dar con algo que en casa nos vuelve locos, el chocolate que llevan los donuts fondant y, la verdad, esta vez he conseguido algo prácticamente igual.
Vamos a por ello.
Ingredientes:
- 24 bizcochos de Soletilla.
Para la crema:
- 500 ml. de leche.
- 100 gr. de azúcar.
- 40 gr. de maicena (yo puse 50).
- 3 yemas de huevo.
- 1 cucharadita de azúcar vainillado (yo puse 2).
- 1 rama de canela.
- Corteza de limón.
Para el almíbar:
- 120 ml. de agua.
- 120 gr. de azúcar.
- 1 cucharadita de azúcar vainillado.
Para la cobertura de chocolate de Silvia:
- 200 ml. de nata para montar.
- 200 gr. de chocolate fondant.
Para la cobertura de chocolate María Perolas:
- 200 gr. de azúcar glass.
- 70 ml. de agua.
- 150 gr. de chocolate fondant.
Seguimos con los postres fresquitos y sin horno. Una tarta de caramelo deliciosa, con mucho sabor y una base que enamora, al menos en casa nos vuelve locos. El toque de las chispas de chocolate es el complemento perfecto para disfrutar tanto de los sabores como de las diferentes texturas. Como os he dicho no lleva horno así que no hay que dejarse la piel en la cocina para prepararla y, aunque no es un helado, se consume bien fría.
Ingredientes:
- 1 paquete de galletas tipo Digestive.
- 50 gr. de mantequilla.
- ½ l. de leche.
- 200 ml. de nata para cocinar.
- 200 gr. de caramelo líquido.
- 2 sobres de cuajada.
- Gotitas de chocolate negro.
Este postre es perfecto para después de una comida copiosa, es fresco, ligero, con un toque ácido y un sabor delicioso que aporta la piña. Es lo más fácil del mundo, se hace en un momento y será del gusto de todo el mundo. No hace falta saber de cocina para preparar este postre, ni ser una gran repostera, no hay que montar nata, ni claras, ni nada de nada. Sólo os va a robar 3 minutos.
Ingredientes:
- 1 paquete de Pastel Fresco de limón Royal.
- 1 lata grande de piña en su jugo.
- 110 gr. de azúcar.
- Caramelo líquido.
Ya se que no se llaman así, ahora se llaman Danoninos, pero para mi siempre serán Petit Suisses, que fue su nombre original. Recuerdo el anuncio y la frase aquella de “…a mi me daban dos” dicha siempre por alguien muy alto. También recuerdo que a mi no me los daban, así que ahora me los hago en casa cuando me da el antojo y me quedo tan a gusto. Cremosos, ricos y más naturales que los comercializados encantarán a los peques y, a los que como yo, no dejan de serlo.
La receta la he preparado con sabor a fresa, pero está claro que la imaginación de cada uno es libre y poderosa para elegir sabores y probar.
Los tarritos que uso son de 100 ml. evidentemente según sea el tamaño de los vuestros saldrán más o menos.
Ingredientes (para 8-10 tarritos):
- 500 ml. de leche.
- 1 sobre de gelatina de fresa (o del sabor que queráis).
- 200 ml. de nata (yo uso la de cocinar).
- 200 gr. de queso tipo Philadelphia (yo he usado uno de marca blanca).
- 60 gr. de azúcar.