Me encantan los platos de cuchara. Esos guisos hechos a fuego lento, sin prisas, como nuestras abuelas, poniéndoles todo el mimo y el cariño que se merece la cocina y que tan buenos resultados da. Hace tiempo que vengo diciendo que uno de los principales ingredientes y la mejor técnica de cocina que hay es el cariño y cuanto más cocino más sólida se hace esa teoría.
Hoy traigo uno de esos maravillosos platos, teniendo en cuenta que vamos hacia el invierno es hora de ir haciendo acopio de recetas calientes, que entonen el cuerpo y que son tan nuestras.
Ingredientes (para 4 comensales):
- 500 gr. de costillas de cerdo frescas troceadas.
- 250 gr. de garbanzos.
- ½ cebolla.
- ½ pimiento rojo.
- ½ pimiento verde.
- 3 tomates pera pelados.
- 2 hojas de laurel.
- ½ cucharadita de pimentón dulce (o picante o ambos).
- 2 dientes de ajo.
- 3 patatas medianas.
- Caldo (o agua).
- Aceite de oliva, sal y pimienta negra.
Una receta 10, fácil, sin manchar, deliciosa, jugosa y sabrosa. La salsa la compré hace unas semanas y me moría de ganas por probarla. Si no la encontráis podéis hacer esta misma receta con cualquier salsa barbacoa, eso sí, que sea de calidad.
Tengo que admitir que el invento de las bolsas de asar cada día me gusta más. Son muy prácticas, limpias y fáciles de usar. Las venden con especias pero yo las compro sin ellas y hago las mezclas que a mi me gustan.
Ingredientes (para 5-6 comensales):
- 2 kg. de costillas frescas de cerdo cortadas a lo largo.
- 130 gr. de salsa barbacoa al Jack Daniel’s.
- 2 bolsas de asar.