Todos tenemos claro que las cosas ya no son lo que eran. La fruta no sabe cómo antes, los tomates parecen de plástico y la carne…a veces casi mejor no pensarlo. A todos nos ha pasado que compramos unos filetes que en la carnicería parecen algo y cuando llegas a casa y los ves sabes a ciencia cierta que van a ser duros como ellos solos. Para que eso no nos impida disfrutar de una comida rica os dejo esta receta, los filetes que os resulten de peor calidad de la que pensasteis en principio quedaran muy tiernos y jugosos y la salsa, a base de verduras, no será algo que pesará en nuestra línea. Evidentemente no es una receta solo para preparar con unos filetes que no sean extraordinarios, pero si para sacarles mayor partido.

Hace mucho que no traía una receta de esas que se hacen con tiempo, dedicándole planificación y, sin ser complicada, esta receta necesita un poco más de elaboración que otras.

Tenía muchas ganas de prepararla, desde que en Navidad hice el Pavo relleno, me apetecía mucho hacer esta otra, muy parecida, con pollo pero, a diferencia del pavo que estaba entero, en esta usamos un pollo deshuesado.

Algo que yo desconocía es que si pides en tu pollería habitual que te deshuesen el pollo te cobran entre 10 y 12 € más por kilo de pollo, es decir, para un pollo de dos kilos te cobran el precio habitual del pollo más 20-24 € por deshuesarlo. Me parece excesivo por media hora que puede tardar un profesional en hacerlo, así que decidí que tenía aprender y aprovechando que en clase vi un día hacerlo a mi profesora Teresa, otro día tomé la iniciativa de hacerlo en clase y por fin lo preparé en mi casa. Compré un pollo de algo más de 2 kilos y lo deshuesé entero, sin abrirlo y os dejo fotos del proceso. Miguel dice que son algo “perturbardoras” pero me parece que es importante que, aunque sean pocas, os hagáis a la idea.

Para rellenarlo podéis usar lo que queráis, frutos secos, frutas secas, fruta fresca, carne, panceta, salchichas desmenuzadas…a vuestro gusto.

Afortunadamente, en casa, a todos nos gusta el pescado. Creo que la que más lo disfruta soy yo, a Miguel le gusta mucho y a Bea, mi nena, algo menos aunque lo come sin problemas y, con algunas recetas ambos disfrutan mucho, sobre todo si no tiene espinas. No obstante creo que, la clave para que poner pescado en la mesa no se convierta en un calvario es hacer recetas sabrosas, diferentes y llenas de sabor. Si, además, hay peques en casa y podemos hacerlo con un pescado que no tenga espinas, mejor que mejor.

La receta que os traigo hoy es una de esas que sorprenden, llena de sabor, de matices y de texturas. La he preparado con medallones de merluza (de esos sin espinas) pero se puede hacer sin problemas con rodajas, filetes o lo que más nos guste. La salsa aporta mucho sabor a un pescado que no tiene mucho de por sí.

Otra estupenda receta de Cocina de Crisis. Esta mañana, como cada martes, esta receta fue la protagonista de mi colaboración en ondacro.com. Una receta con sabor, variedad y nutrientes y por sólo 0,97€/persona.

Entre sus ingredientes están el pimiento, bajo en calorías y rico en vitamina C y E y junto con los carotenos nos ofrecen un poder antioxidante que beneficia nuestra salud.

Los garbanzos, otro de los ingredientes nos ofrecen proteínas y fibra, son diuréticos y el 20-25% de su peso es proteína que unida a los cereales o al arroz, es sintetizada como tal con el organismo humano.

Los guisantes, otra leguminosa, nos aporta minerales y fibra fundamentalmente.

Plato típico de la cocina británica. Este Shepherd pie o “pastel de pastor” es un pastel de carne picada cubierto de puré de patata y horneado.

Este tipo de pastel de carne es bastante conocido ya en nuestra gastronomía aunque, normalmente, mezclamos la carne con una salsa de tomate. Este otro pastel que os dejo hoy no lleva tomate y la carne se complementa con champiñón y verduras.