A pesar de que los días amanecen nublados y la lluvia ha hecho acto de presencia, las temperaturas no terminan de ser frías, aún no he necesitado recurrir a ninguna prenda de abrigo y, teniendo en cuenta lo friolera que soy yo, está claro que no hace frío.

No obstante, como en casa nos encantan, yo ya estoy disfrutando de los guisos de cuchara y las legumbres que tan importantes son para una alimentación equilibrada y sana. Ya os he demostrado en alguna ocasión que se pueden preparar platos de legumbre sin necesidad de añadirles grasa, aptos para vegetarianos, ricos en fibra y llenos de sabor.

He de reconocer que desde que tengo las cocotte de Le Creuset, disfruto muchísimo más de las legumbres hechas a fuego lento. Estas concretamente, se terminan en la propia cocotte al horno y el resultado es un espectáculo.

Una receta muy fresca, diferente, sana y sencilla. Creo que, a estas alturas del verano, todos hemos hecho gazpacho con más o menos frecuencia. Las ensaladas y el gazpacho se convierten en estos meses en platos recurrentes en todas las casas. A mí me encanta el gazpacho tradicional pero, los que me conocéis, sabéis que lo de hacer las cosas diferentes me encanta y por eso me he decidido a preparar este gazpacho de sandía.

Las recetas de gazpacho son tantas como hogares, cada uno hace el suyo, a su manera, a su gusto, poniendo más de un ingrediente que de otro según se adapte al paladar de cada cual así que no os voy a dejar cantidades para seguir respetando esa libertad. Básicamente hay que eliminar el pan y el agua (lo aporta la sandía) y cambiar el pepino por sandía. Lo demás es exactamente igual.

Supongo que muchos de vosotros conoceréis la receta de Melanzane alla Parmigiana que tengo publicada hace tiempo, una receta deliciosa y muy sencilla de preparar. Pues bien, el otro día buscaba inspiración para preparar algo muy rico para la receta de Cocina de Crisis de hoy y pensé en hacer la misma receta pero cambiando la berenjena por patata. Las patatas a Miguel le vuelven loco, las haga como las haga nunca se cansa y me puse manos a la obra. Además, antes de que venga el calor y se haga difícil para muchos, no es mi caso, encender el horno, vamos a aprovechar a usarlo.

Esta receta tiene un coste por persona de tan solo 0,91 €, baratita como todas las que os dejo en este categoría de Cocina de Crisis. En cuanto a las características nutricionales de los ingredientes tenemos, empezando por la patata, un alimento de fácil digestión que contiene proteínas y minerales como calcio, potasio, fósforo y magnesio y además muy bajo contenido en sodio, vitamina C, riboflavina, niacina y tiamina. Si se consume con cáscara aportan además una gran cantidad de fibra.

El tomate es bajo en calorías, sólo aporta 18 calorías por 100 gr., rico en potasio y magnesio, vitaminas B1, B2, B5 y C, también tiene carotenoides y licopeno, que aporta el color rojo y que junto con la vitamina C son antioxidantes y protectores del organismo humano.

El queso, en general, es fuente de calcio, fósforo con especial importancia en la prevención de caries y caseína y otras proteínas, principales componentes del esmalte de los dientes.

Si pincháis el logo de ondacro.com podéis escuchar el podcast de esta receta.

Vamos a empezar la semana con una receta muy sencilla, de estilo oriental que se hace en un momento y es perfecta para aprovechar los restos de verduras que tengamos en la nevera y que están a punto de dejar de ser útiles. Ya sabéis que yo soy de las “aquí no se tira nada” así que cuando veo por la nevera algunas verduras alicaídas me pongo manos a la obra con un plato de estos y doy buena cuenta de ellas.

Los fideos de arroz son fáciles de encontrar pero, si por alguna razón no podéis conseguirlos podéis utilizar sin problema tallarines, cintas, espagueti o cualquier pasta larga que os guste.

Yo lo he preparado con salsa de soja pero podéis añadirle especias que os gusten como por ejemplo curry. En cuanto a las verduras la imaginación es libre y admite lo que os guste echar.