Lo primero que quiero hacer en esta entrada es daros las gracias a todos los que me seguís. Siempre he dicho que un blog se alimenta de las visitas y los comentarios que vosotros hacéis y el mío está muy bien alimentado. El pasado viernes salió publicado un artículo en el periódico La Vanguardia en el que se hace mención a algunos blogs de cocina, entre ellos el mío. Os dejo el enlace para los que queráis echarle un vistazo:
Artículo de La Vanguardia: Internet lanza a la fama aficionados a la cocina
Dicho esto vamos a por lo que realmente importa, la receta de hoy.
¿Se os ha echado el tiempo encima y no habéis podido planificar nada? ¿Os encontráis perdidos a la hora de hacer algo para esta noche? ¿Aún no habéis ido a la compra? ¿Queréis preparar algo sencillo, barato, sabroso y diferente? Creo que todos tenemos claro que no es necesario invertir mucho para hacer algo rico y “especial”. Un pequeño toque puede hacer que una receta de “toda la vida” sea una receta novedosa con sabores diferentes. Hoy os dejo una receta que puede hacer el más inexperto en la cocina y sorprender si tiene algún invitado. Para hacerla aún más especial podéis usar muslos de pavo, pero entonces debéis cambiar los tiempos de asado puesto que el muslo de pavo es más grande y menos tierno.
Ingredientes (para 3 comensales):
- 6 muslos de pollo.
- 3 cucharadas de salsa de soja.
- 3 cucharadas de miel.
- 1 limón.
- Sal, pimienta negra y ajo en polvo.
Se acercan las fiestas y supongo que, como yo, todos andáis pensando en qué preparar. A mí de vez en cuando me gusta sorprender y hacer cosas diferentes, así que esta receta la voy a guardar como “posible”. No es demasiado cara, resulta una carne tierna, jugosa, que se hace mientras tomamos los entrantes y el primero y supondrá un cambio en nuestras mesas por salir de las diferentes formas “tradicionales” de preparar carnes para las reuniones familiares.
Ingredientes (para 4-5 comensales):
- 2 solomillos de cerdo.
- 120 ml. de salsa de soja (*).
- 50 ml. de Pedro Ximenez.
- 2 cucharadas de azúcar moreno.
- 2 cucharadas de miel (**).
- 2 dientes de ajo.
- Aceite de oliva, jengibre, canela, nuez moscada, pimienta negra y curry.
Esta semana está siendo más complicada de lo normal, se han juntado en pocos días cosas que normalmente no hago y que me obligan a pasar muchas horas fuera de casa así que ando un poco acelerada para llegar a todo.
Esto me ha hecho acordarme de una receta que preparé hace tiempo y que es perfecta para preparar de forma bastante improvisada. Si tenemos planchas de hojaldre en casa…la cosa es bastante sencilla. Ideales para preparar en un antojo dulce, en una merienda con invitados inesperados o simplemente porque queremos un dulce sin complicaciones.
Ingredientes:
- 2 planchas de hojaldre (las mías de Lidl, soy fan).
- 2 cucharadas de mantequilla (*).
- 125 ml. de agua.
- 120 gr. de azúcar (**).
- 120 gr. de miel (***).
- Azúcar para decorar.
Lo prometido es deuda. Cuándo puse en el menú-tupper que iba a preparar esta receta os llamó mucho la atención y varios de vosotros os interesasteis por saber cómo prepararlo, así que la primera receta después de mi descanso es esta. No es nada complicado prepararlo y es un plato lleno de sabor. La leche de coco podéis conseguirla en cualquier hipermercado en la sección de cocina internacional y le da un toque al arroz muy rico, queda suave pero no dulce.
Como ya os indiqué en el post de ayer, siempre que sea posible os aportaré posibles sustitutos de ingredientes para aligerar la receta o para reducir el índice glucémico de los mismos sin perjudicar el resultado. Los marcaré con asteriscos y encontraréis anotaciones al final de la receta.
Vamos allá, preparadlo y sorprenderéis en casa.
Ingredientes (para 4 comensales):
- 1 pollo troceado en tajadas grandes.
- 120 ml. de soja. (*)
- 2 cucharadas de aceite de oliva.
- 4 cucharadas de miel.
- 1 diente de ajo machacado.
- 20 ml. de vinagre de arroz.
- 400 gr. de arroz blanco.(**)
- 400 ml. de leche de coco.
- 400 ml. de agua.
- Sal.
El nombre de estos dulces en realidad debería ponérmelo a mi misma porque la golosa soy yo, lo confieso. Cada día disfruto más haciendo dulces y viendo las caras en casa cuando los comen, a fin de cuentas, la mayor recompensa que tiene pasar horas en la cocina es ver las caritas de disfrute en casa, aparte de la satisfacción personal de hacer cosas, aprender, innovar…
Estos lacitos son muy sencillos de hacer y han surgido en un arranque de “golosonería” de los que se sufren a veces cuando menos te lo esperas. Igual es cuestión de hormonas o algo físico por una bajada de azúcar, la cuestión es que, a veces, solo soy capaz de pensar en dulce, y estos hojaldritos son el resultado.
Ingredientes:
- 1 lámina de hojaldre (la mía de Lidl, soy fan).
- Leche condensada.
- Miel.
- Agua.
- Azúcar glass.
Otra receta de torrijas, deliciosa y diferente de las que ya os he dejado. Estas tienen un baño de almíbar que las mantiene jugosas y las hace más “golosas”. No tiene ninguna complicación y el resultado es una maravilla. Ya sabéis que podéis usar pan especial de torrijas, el que tengáis en casa del día anterior…lo que mejor os venga.
Ingredientes:
- 1 barra de pan.
- 6 huevos.
- ½ litro de leche.
- 2 cucharadas de azúcar.
- ½1 cucharadita de canela en polvo.
- Aceite de girasol.
Para el almíbar:
- 500 gr. de miel.
- 3 cucharadas de azúcar.
- 200 ml. de vino blanco dulce.
- ½ cucharadita de canela en polvo.