Esta es una de las recetas más fáciles que he hecho últimamente, y eso que casi todas lo son. Perfecta para compartir en una cena con amigos, más saludable que una pizza y con un sabor estupendo. Económica, se hace en un momento y se pueden variar los ingredientes al gusto de los comensales incluso, igual que las pizzas, hacer la mitad de un ingrediente y la otra mitad de otro. Sabéis que yo soy partidaria de sacar el máximo rendimiento a ingredientes que tenemos en la despensa y que a veces comemos sin aprovechar todo su potencial y, una simple lata de sardinillas, se puede convertir en algo mucho más sabroso que un pincho de media mañana.
Si no os gustan las sardinillas podéis sustituirlas por caballa (en aceite o en escabeche), atún, boquerones o sardinillas frescas en vez de en conserva (en este caso lavaremos y limpiaremos bien el pescado y salaremos antes de usarlo), etc…
Ingredientes:
- 1 plancha de masa quebrada (la mía de Lidl).
- 1 lata grande de sardinillas en aceite.
- 1 tomate grande o dos medianos.
Es indudable que los quiches son algo que nos da mucho juego, se pueden comer fríos o calientes, se pueden hacer casi de cualquier cosa y a gusto de todos. Son sencillos de preparar, ideales para tupper o para una cena que queremos hacer con antelación. También nos pueden servir como aperitivo o como primer plato. El que os dejo hoy es bastante ligero y sano puesto que el fiambre de pavo no suele tener apenas grasas y los espárragos lo complementan aportando sabor.
Ingredientes (para 4-6 raciones):
- 1 placa de masa quebrada.
- 1 manojo de espárragos verdes.
- 200 gr. de fiambre de pavo.
- 1 cebolla pequeña.
- 150 gr. queso emmental rallado.
- 100 ml. de leche.
- 3 huevos.
- Aceite de oliva, sal y pimienta.