Como siempre digo…aquí no se tira nada. Es muy habitual que, cuando cocinamos, nos sobre comida o nos sobre parte de una preparación. Esas sobras podemos guardarlas para otra ocasión y degustarlas de la misma forma que la primera vez o darles una preparación diferente y degustar un plato nuevo.
Este es el caso que os traigo hoy, hace poco hice unos Pimientos asados rellenos. Los preparo de vez en cuando y esta vez me sobró algo de relleno así que lo dejé reservado y preparé la receta que os traigo hoy. Ni que decir tiene que si queremos degustar esta receta podemos, simplemente preparar el relleno como en la receta y hacer las albóndigas pero yo prefiero de un preparado sacar dos recetas diferentes.
No os pongo cantidades puesto que cada uno sacará raciones dependiendo de la cantidad que le haya sobrado o haya preparado y la salsa de queso es también de aprovechamiento puesto que consiste en utilizar los pequeños recortes o finales de paquetes de queso rallado que rondan por la nevera.
Ingredientes:
- Sobra de relleno de pimientos.
- Nata para cocinar (he puesto 200 ml.).
- Quesos variados (cabra, cuatro quesos rallado, parmesano, manchego…).
- Huevo.
- Pan rallado.
- Aceite de oliva, sal, pimienta blanca y nuez moscada.
Estos panecillos son una maravilla. Ideales para un bocadillo a media mañana, meriendas, desayunos…Admiten relleno dulce o salado, lo que prefiráis puesto que el resultado final es un sabor bastante neutro y le queda bien lo que queráis poner dentro.
La masa es elástica y sale genial sin necesidad de enharinar la encimera en exceso, fácil de trabajar con ella para darles la forma y el resultado son unos panecillos tiernos, esponjosos y además se conservan estupendamente en un recipiente cerrado durante varios días.
Ingredientes (para 14 pretzel):
- 60 ml. de agua tibia.
- 15 gr. de azúcar./li>
- 25 gr. de levadura fresca de panadería.
- 450 gr. de harina de fuerza.
- 300 gr. de harina normal.
- 370 ml. de agua tibia.
- 50 gr. de manteca de cerdo.
- 8 gr. de sal.
- Agua, bicarbonato y decoración (semillas de amapola, sésamo, lino, orégano…).
Estas patatas están deliciosas. Llevaba muchísimo tiempo con ganas de prepararlas pero, por alguna razón, nunca me ponía manos a la obra. Son facilísimas de hacer, el horno se encarga de casi todo el trabajo y son una guarnición perfecta para un pollo asado, una carne, un pescado con sabor o, si como a Miguel, os gustan las patatas con locura, una delicia para una cenita de fin de semana acompañadas de una ensalada verde.
No os dejéis engañar por el hecho de que lleven ajo, a mí no me gusta demasiado y las patatas me han encantado.
No os dejo cantidades, dependerá todo de cuántas patatas queráis hacer.
Ingredientes:
- Patatas medianas.
- Dientes de ajo.
- Sal en escamas (o sal gorda).
- Pimienta negra recién molida.
- Aceite de oliva.
- Mantequilla.
Elaboración:
Precalentamos el horno a 200º C.
Lo primero será pelar y laminar los ajos. A continuación lavamos las patatas muy bien puesto que las vamos a hacer con su piel. Una vez bien limpias, las secamos con un paño y las ponemos sobre un cucharón para poder cortarlas en rodajas finas sin llegar al final.
El cucharón frenará la hoja del cuchillo y nos facilitará la tarea.
Intercalamos una lámina de ajo cada dos lonchas de patata. Si os gusta mucho el ajo podéis poner más cantidad.
Añadimos un chorrito de aceite de oliva, despacio para que penetre por las aberturas y ponemos sal en escamas y pimienta negra recién molida por encima, dejando también que caiga entre las lonchas de patata.
Encima del todo ponemos mantequilla e introducimos al horno.
Como siempre os digo cada horno es un mundo y también dependerá del tamaño de las patatas pero más o menos en 40 minutos deben estar en su punto.
La piel crujiente y la carne tierna, con mucho sabor, jugosa.
A mi me han encantado y pienso hacerlas más a menudo variando ingredientes, por supuesto.
Esta es una de las tartas más ligeras que he comido. Es fácil de preparar, sale una tarta bastante grande (molde desmontable de 23 cm.) y la he probado de dos formas. La preparé el viernes para comerla el sábado que venía mi suegri Piedad a comer. Debe estar toda la noche en la nevera cuajando. El sábado la tomamos tal cual, de la nevera, fresca, y el resultado es delicioso pero, lo que sobró, lo corté en porciones, lo pasé a un tupper procurando que las porciones quedasen separadas entre sí (lo justo para no tocarse) y lo congelé. Resultado, una tarta helada de piña que está increíblemente rica, suave, cremosa y super refrescante.
Os animo a prepararla como broche a una comida con familia o amigos, suelen ser comidas más copiosas y esta tarta es perfecta para tomar postre sin añadir más pesadez al estómago.
Ingredientes:
- 2 latas grandes de piña en su jugo.
- 2 sobres de gelatina de limón.
- 600 ml. de nata para montar.
- Azúcar moreno (opcional).
- Bizcochos de soletilla.
Me encantan los platos de cuchara. Esos guisos hechos a fuego lento, sin prisas, como nuestras abuelas, poniéndoles todo el mimo y el cariño que se merece la cocina y que tan buenos resultados da. Hace tiempo que vengo diciendo que uno de los principales ingredientes y la mejor técnica de cocina que hay es el cariño y cuanto más cocino más sólida se hace esa teoría.
Hoy traigo uno de esos maravillosos platos, teniendo en cuenta que vamos hacia el invierno es hora de ir haciendo acopio de recetas calientes, que entonen el cuerpo y que son tan nuestras.
Ingredientes (para 4 comensales):
- 500 gr. de costillas de cerdo frescas troceadas.
- 250 gr. de garbanzos.
- ½ cebolla.
- ½ pimiento rojo.
- ½ pimiento verde.
- 3 tomates pera pelados.
- 2 hojas de laurel.
- ½ cucharadita de pimentón dulce (o picante o ambos).
- 2 dientes de ajo.
- 3 patatas medianas.
- Caldo (o agua).
- Aceite de oliva, sal y pimienta negra.
Ingredientes (para 4 comensales):
- 4 filetes de ternera.
- 2 cebollas medianas.
- 1 puerro.
- 3 zanahorias.
- 125 ml. de vino blanco.
- 1 huevo.
- Harina.
- Caldo de carne o pollo.
- Aceite de oliva, sal y pimienta.