A pesar de que hoy es miércoles y debería dejaros el menú-tupper, voy a hacer un alto y descansar de esa publicación (solo de esa) durante el mes de agosto.

Hoy os dejo una de esas recetas que cuando la preparar sabes que, además de estar buenísima, queda con un aspecto espectacular y que, si tenemos invitados nos harán quedar realmente bien. Parece más complicada de lo que realmente es porque se hace al horno así que nos deja tiempo para dedicarnos a otras cosas.

La mayor precaución que debemos tener con este plato es cerrar bien el papel de aluminio que lo envuelve para que no nos entre agua dentro. Facilísima.

Una receta muy fácil, barata, rápida y fresca. Se prepara en un momento y es una cena perfecta, refrescante, con una mezcla de dulce y salado que, a los que nos gusta combinar sabores, nos encanta.

No os voy a dejar cantidades porque lo perfecto es poder adaptarla a nuestro gusto.

Vamos a comenzar la semana con una receta de pescado muy rica que gustará a todo el mundo. El toque dulce de la miel le da al pescado un sabor que merece la pena disfrutar, sobre todo si tenemos en cuenta que el abadejo no se caracteriza precisamente por tener un gran sabor. Además, ese toque diferente, eliminará las reticencias de algunos a comer pescado.

Acompañamos estas delicias con un poco de ensalada verde o patatas fritas, un salteado de verduras…al gusto y tenemos un plato único perfecto para comida o cena.

Con estos calores lo mejor es preparar recetas frescas, sobre todo para cenar, al menos a mí es cuando más me apetece. A la hora de la comida, aunque haga más calor, no me importa “comer caliente” pero, por la noche, una cena fresca me hace sentir mejor, no sé por qué.

La de hoy es una receta fácil, fresca, la preparamos con antelación y la dejamos en la nevera hasta la hora de consumirla. También puede ser un entrante perfecto en la comida, un primer plato…es muy versátil y además, se pueden variar los ingredientes a nuestro gusto o a lo que tengamos por la despensa, es decir, cambiar el atún por pollo, el maíz por guisantes, la patata por arroz…

Los helados me encantan y desde que le estoy cogiendo el gusto a prepararlos en casa aún más, sin conservantes, sin nada artificial, al gusto de casa, con el sabor tan intenso como queramos…es una gozada. La única pega, y no es para tanto, es que, como no tengo heladera, los preparo de forma manual, lo que significa que durante el proceso de congelado debo moverlo cada media hora más o menos para evitar los cristales de hielo y que quede cremoso. No obstante, tampoco es algo que cueste demasiado trabajo y merece la pena el resultado.

En esta ocasión os traigo un helado de dulce de leche aprovechando que hace unos días recibí un envío de algunas de las variedades que tiene disponibles Mardel. Recibí una muestra del tradicional, otra del pastelero, otra del light, que aporta menos grasa y más fibra y una botella de topping que emplearé en algún postre.

Este helado queda muy cremoso, con un sabor exquisito sin ser empalagoso y podéis acompañarlo de alguna galleta o topping de vuestro gusto. Para mi gusto no le hace falta nada de nada.

La semana que viene Miguel está de vacaciones así que no habrá menú-tupper pero os traigo una receta deliciosa para preparar en casa, en el campo o dónde queráis.

Para poder preparar esta paella al horno debéis tener una paella o paellera que tenga asas metálicas. Si son de cualquier otro material no resistirán el calor. Evidentemente, podéis hacerla en la cocina, a la forma tradicional pero en el horno es la única forma que he encontrado de que toda la superficie de la paella caliente a la vez, en la vitro es un suplicio.

Para prepararla he usado especias que le dan un toque muy diferente a los arroces que estamos acostumbrados a consumir pero no llega a enmascarar el sabor, lo realza, lo diferencia. Algunas de las especias que he utilizado proceden de Especias Antonio Catalán, que tuvo la gentileza de enviarme unas muestras, y qué mejor ocasión que este arroz que comparte protagonismo con los aromas y sabores que dan las especias.