A pesar de que tenemos aquí el otoño y las temperaturas han bajado bastante, aún apetecen helados, al menos en mi casa. El que traigo hoy es perfecto si queremos prepararlo como postre esta Navidad y sorprender a los nuestros con otra forma de tomar turrón pero, al menos a mí, cuando más me gusta es fuera de temporada, es decir, tomar turrón en verano.

Las tabletas de turrón suelen tener una fecha de caducidad suficientemente amplia para guardar una y darnos el gustazo cuando hace calor pero, si no hemos sido previsores, dentro de poco las tendremos en los supermercados y podremos ponernos manos a la obra.

Hace unos días contactaron conmigo desde escompring.com, una página que pone en contacto compradores y productores. Comprando a los productores directamente nos beneficiamos todos, obteniendo productos de gran calidad a mejor precio.

A través de ellos, las bodegas Tear Dos Dodi me enviaron un par de botellas de sus vinos, una de blanco y una de tinto, un vino Ribeiro que hace las delicias de los paladares más exigentes.

El tinto Tear dos Dodi procede del mosto de las uvas Garnacha (alicante), brancellao, sousón y caíño, producidas en sus fincas.

Cata: Rojo cereza vivo con lágrima media, color que demuestra juventud y expresividad. En nariz fresco con notas de hollejo. En boca fresco con paso largo, toque vegetal y ligero amargor seguido de fruta roja, muy bebible, con taninos moderados y ligeras notas dulzonas.

Para maridar este vino como se merece, preparé una receta de lomo de cerdo que se quedara en casa como una de las favoritas, no sale cara de precio y es perfecta para vestir nuestra mesa en cualquier ocasión.

Fácil de preparar, con toque frutal que tan bien le va al cerdo. La carne queda jugosa, tierna y con un aspecto brutal.

A pesar de que hoy es miércoles y debería dejaros el menú-tupper, voy a hacer un alto y descansar de esa publicación (solo de esa) durante el mes de agosto.

Hoy os dejo una de esas recetas que cuando la preparar sabes que, además de estar buenísima, queda con un aspecto espectacular y que, si tenemos invitados nos harán quedar realmente bien. Parece más complicada de lo que realmente es porque se hace al horno así que nos deja tiempo para dedicarnos a otras cosas.

La mayor precaución que debemos tener con este plato es cerrar bien el papel de aluminio que lo envuelve para que no nos entre agua dentro. Facilísima.

Hace mucho que no traía una receta de esas que se hacen con tiempo, dedicándole planificación y, sin ser complicada, esta receta necesita un poco más de elaboración que otras.

Tenía muchas ganas de prepararla, desde que en Navidad hice el Pavo relleno, me apetecía mucho hacer esta otra, muy parecida, con pollo pero, a diferencia del pavo que estaba entero, en esta usamos un pollo deshuesado.

Algo que yo desconocía es que si pides en tu pollería habitual que te deshuesen el pollo te cobran entre 10 y 12 € más por kilo de pollo, es decir, para un pollo de dos kilos te cobran el precio habitual del pollo más 20-24 € por deshuesarlo. Me parece excesivo por media hora que puede tardar un profesional en hacerlo, así que decidí que tenía aprender y aprovechando que en clase vi un día hacerlo a mi profesora Teresa, otro día tomé la iniciativa de hacerlo en clase y por fin lo preparé en mi casa. Compré un pollo de algo más de 2 kilos y lo deshuesé entero, sin abrirlo y os dejo fotos del proceso. Miguel dice que son algo “perturbardoras” pero me parece que es importante que, aunque sean pocas, os hagáis a la idea.

Para rellenarlo podéis usar lo que queráis, frutos secos, frutas secas, fruta fresca, carne, panceta, salchichas desmenuzadas…a vuestro gusto.

Que la cosa está muy malita lo he dicho infinidad de veces y lo seguiré diciendo, me temo, pero está claro que eso no debe significar que no disfrutemos de cosas ricas de verdad, de esas que te hacen salivar cada vez que te acuerdas.

Muchas veces, además, nos surgen compromisos o simplemente visitas familiares en las que queremos quedar bien, muy bien y tenemos escasos medios. No es mi caso pero es habitual escuchar a gente quejarse de tener familiares (sobretodo familia política) exigentes, “pijos” o difíciles de contentar. Esta receta os convertirá en los reyes de esas reuniones, de verdad, porque este paté de centollo, que de centollo solo lleva el nombre, si no reveláis los ingredientes dará el pego, seguro.